para estúpidos

14.1.07

Ludovica responde

Mis respetos a su rechazo vocacional, señor Coco. Usted sabrá que en la vida se nos presentan unas cuantas encrucijadas que usted sorteó con cobardía, según confiesa, lo que le provoca esa insatisfacción constante de la que habla. La fortuna no está de su parte, por lo visto. No sé exactamente hacia dónde ha caminado esta vez, pero le aseguro que deberá replantearse si no tiende, más de lo que debería, a desear lo irrealizable. ¿No ha pensado nunca en dedicarse a bailar? Si usted aprovecha sus cualidades y se busca ilusiones cercanas, su vida se llenará de satisfacción.
Con respecto al tema de la reencarnación, y viendo que el común de los mortales tiende a mezclarlo todo y a confundirse con mucha facilidad, le recuerdo que Ludovica Koppel se especializa en tarot. Y perdone que habla de mí en tercera persona, pero me gusta mi nombre. Ahora bien, y ya que usted confiesa este interés, hago un llamamiento a quien esté en condiciones de responderle.
Y ahora, con su permiso, y viendo que mi ayuda no le es necesaria, contestaré al señor Pasantero, que no veas si le va bien ese apellido. Usted pregunta si tan mal está, y creo que no ha entendido bien. Yo no le he dicho que usted estaba mal, Pasantero, simplemente que se equivoca. Supongo que habrá retomado sus costumbres estudiantiles y se habrá curado el catarro, ¿o es que no aparece porque está hundido en la cama? Usted, señor Pasantero, estalla de energía. A usted le va la juerga, pero más le va decirlo. Usted es de los que se van de boca. Y esto lo digo porque anda buscando mujeres cibernautas. Yo sólo le he dicho que la busque en su barrio. Que no desaproveche ese cóctel de hormonas con palabras. Se está equivocando. ¿O es que ese catarro se lo pegó la vecina?
Para acabar, y con su permiso, Pasantero, hago un llamamiento al señor Sancho, el colaborador fantasma. En primer lugar, le digo que no tenga miedo de exponer su estupidez. Probablemente esté tratando de recopilar en su memoria aquellos momentos de idiotez que nos sumen en la gloria, los más avergonzantes, pero le aseguro que no hace falta irse tan lejos. Si mañana se despierta con resaca, no deje pasar el momento. No piense que la lucidez y el esfuerzo le ayudarán a encontrar su estupidez. La estupidez no se busca, está. Sólo hay que dejarla libre, como a las palomas.

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